Esquí alpino: Descenso


La competición:

La competición consta de tres días. En el primero los participantes examinan la pista y el trazado para conocer las características generales. El segundo día los competidores tienen derecho a hacer una bajada de entrenamiento por el mismo trazado en que se celebrará la competición. El tercer día se celebra la competición en sí misma. Los tiempos están habitualmente entre 1:30 (minuto y medio) y 2:30.

La pista:

La pista de descenso debe estar homologada por la FIS (Federación Internacional de Esquí) y debe estar completamente vallada para impedir la entrada a toda persona ajena a la competición y para garantizar la integridad de los participantes en caso de caída. Desde 2003, aproximadamente, la FIS obliga a los organizadores a "pintar" líneas azules para guiar a los esquiadores y para que puedan ver el relieve de la pista en zonas con sombra. La nieve blanda puede ser peligrosa por las posibles acumulaciones de nieve que puede provocar, por esta razón los organizadores utilizan productos químicos o riegan (literalmente) la pista para endurecerla. Las puertas utilizadas son todas del mismo color (normalmente rojas aunque en ocasiones azules) y las banderas son de un tamaño mayor que en las otras disciplinas para facilitar la visión de los competidores.

Equipamiento:

El uso del casco es obligatorio. Los esquís utilizados deben tener una medida mínima de 215 cm para hombres y 210 cm para mujeres (aunque pueden llegar a medir 225 cm) y con un radio de giro no inferior a 45m. Estos largos esquís se caracterizan también por tener la espátula menos levantada para ser más aerodinámicos. El incumplimiento de alguna de estas reglas supone la descalificación del competidor. Además los palos utilizados son curvados para que se acoplen mejor al cuerpo cuando se vaya en posición de "huevo", con la que pueden llegar a alcanzar los 140 - 150 km/hora