El toque de dedos sirve para pasar con precisión. Forma con tus pulgares e índices un triángulo y, con los codos abiertos en un ángulo de 90º más o menos, colócalo encima de tu frente. Desde ahí, impulsa el balón hacia arriba extendiendo todo el cuerpo como si fuera un muelle y tocándolo sólo con los dedos, no con las palmas.
El truco: métete debajo del balón para golpearlo siempre encima de la frente.
El truco: métete debajo del balón para golpearlo siempre encima de la frente.