76. Enseñar a los niños la importancia de huir del sedentarismo. En este sentido es más útil resaltar los beneficios que obtendrá a corto plazo, tendrá un cuerpo más atlético, podrá correr más y cansarse menos.
77. Estiramientos y corrección postural. Tanto en casa, al levantarse, como en el colegio (a media mañana o en el recreo, por ejemplo), los niños deben aprender a estirar sus músculos y a adoptar posturas que no perjudiquen su cuerpo.
78. Incorpora la actividad física a la cotidianeidad. Si haces lo mismo pero te mueves más ya estás logrando un beneficio sin apenas darte cuenta.
79. Dar paseos con padres, abuelos es una buena opción para que toda la familia se mantenga activa.
80. Ir caminando a hacer los recados por el barrio en lugar de coger el coche. Convence a tus padres para ir a pie.
81. Ordenar la habitación propia. Además de saber dónde está y dónde va cada cosa quemarás energía.
82. Bailar es una actividad divertida. Además, se pueden hacer otras cosas mientras se baila.
83. Aprovechar el transporte público, que siempre requiere más desplazamientos a pie.
84. Subir por las escaleras en lugar de usar el ascensor.
85. Aprovechar los columpios en el parque. Úsalos siempre que tengas oportunidad.
86. Acude a la piscina o a la playa cuando haga buen tiempo tanto como puedas para nadar y bucear.
87. Recuperar juegos tradicionales como el escondite, rayuela, quema, rescate, etc. Es una buena excusa para que toda la familia se mueva. Casi todos estos juegos exigen mucha actividad.
88. Actividades de ocio al aire libre como excursiones, senderismo y picnic. Bicicleta, patines, pelota, saltar a la comba, jugar a la goma… todo vale para moverse mientras ‘se juega’.
89. Hacer estiramiento al levantarse de la cama ayuda a adoptar una buena postura desde primera hora de la mañana y a empezar de forma enérgica.
90. Si vas a jugar con la videoconsola recuerda que hay cada vez más juegos que consisten en imitar deportes, en bailar, en superar pequeñas pruebas físicas…
91. Ayuda en las tareas del hogar, te ayudaran a estar más activo.
92. Hacer pequeños recados para tus padres, ir a comprar el pan o a comprar el periódico. A ellos les ahorras trabajo y tú haces algo de ejercicio.
93. Dormir entre 8 y 10 horas. La falta de sueño aumenta el riesgo de obesidad.
94. Crea rutinas y haz una cierta programación, la improvisación suele favorecer alternativas menos saludables.
95. La obesidad es un problema de salud, no de estética.
96. Da ejemplo a tus hijos si quieres que ellos tengan una vida sana.
97. Mantener hábitos saludables y restringir los comportamientos menos adecuados como fumar y/o beber alcohol.
98. Aprende a leer el etiquetado. Te ahorrarás muchas sorpresas desagradables.
99. Inventa historias y personajes para hacer que la dieta, la actividad física y los buenos hábitos sean atractivos para los más pequeños. Consulta algún libro especializado que te pueda ayudar.
100. Igual que ocurre con los adultos, los niños pueden estar desganados, encontrarse indispuestos o no tener hambre en una ocasión puntual. Si este hecho es ocasional no hay que darle importancia. La alimentación ha de ser agradable, no una experiencia traumática.