51. Saca partido a los congelados, sobre todo pescado y verdura. Teniéndolos en casa, solucionan una cena de una manera rápida y sana.
52. Aprende a cocinar en casa y congela para tener siempre lista una opción saludable. Casi todos los productos admiten congelación es importante saber cómo hacerlo y, sobre todo, cómo descongelarlos.
53. La leche es fundamental para el crecimiento de los niños. A partir de los cinco años es conveniente que sea semidesnatada puesto que es una variedad con menos grasa y conserva todas las propiedades nutricionales de la leche entera.
54. Come en familia tantas veces como sea posible. Además de dar ejemplo, este hábito permite supervisar si el niño come o no, si se deja algo en el plato y cuáles son sus gustos.
55. Deja de hacer otras actividades mientras comes. Combinando actividades se tiende a comer peor, más deprisa, incluso mayores cantidades.
56. Esconde los alimentos menos recomendables y pon a la vista los productos más saludables.
57. Adapta el volumen de las raciones a la edad y a la apetencia del niño. Una ensalada de pasta o las lentejas con arroz, por ejemplo, pueden constituir un plato único. Llevan suficientes nutrientes y no saturan al pequeño.
58. Procura llevar la merienda de casa. De esta manera es más fácil evitar tentaciones poco saludables.
59. Si se compra de camino al cole, optar por fruta. Es una opción válida, sana y sencilla de adquirir.
60. Cumpleaños. Algunos recintos infantiles ya ofrecen menús muy equilibrados que contienen chuches aunque en menor cantidad.
61. La mayoría de los establecimientos de comida rápida ofrecen alternativas saludables dentro de sus menús (fruta de postre, ensaladas…). ¡Pruébalas!
62. Comer fuera de casa ya constituye un premio para los pequeños. Llevarles a restaurantes de comida sana es una buena manera de acostumbrarles a comer bien de manera divertida.
63. Si tienes una celebración, hay mil ideas para hacerlas: Puedes hacer excursiones, picnics en un parque, una ruta en bicicleta…etc.
64. Las excursiones y salidas programadas en el colegio y en los campamentos han de tener la misma calidad que el resto de los días. Si el pequeño lleva la comida, procure que sea un menú casero.
65. El arroz y la pasta son grandes aliados cuando se come fuera.
66. Para los postres fuera de casa, los batidos de frutas o las macedonias envasadas en pequeñas tarteras son una opción sana y novedosa para el niño.
67. Las pequeñas tarteras facilitan que el niño se alimente de manera casera, es divertido, fomenta su sentido de la responsabilidad y facilita el transporte y conservación de los alimentos.
68. Es preferible actividad física regularmente que de forma esporádica. No hace falta ser un campeón olímpico ni federarse; basta con ser constante.
69. Aprovecha el recreo para jugar con tus amigos, en lugar de hacer corrillos o sentarte al sol.
70. Las clases extraescolares son una buena opción para hacer deporte.
71. Sugerir actividades al aire libre para los fines de semana. Recoger hojas y frutos de otoño en un parque, dibujar el monte donde se haya hecho una excursión o describir una piscina a la que se haya ido a nadar, por ejemplo.
72. No restringir las horas lectivas de Educación Física. Esta asignatura suele ser la gran ‘damnificada’ cuando hay que introducir materias nuevas.
73. Diversificar y ampliar la oferta deportiva en el colegio y en los polideportivos.
74. Incluir actividad física en campamentos, excursiones…
75. No tomarse la Educación Física como una actividad menor.